La delimitación territorial del actual Reino de los Países Bajos u Holanda se estableció en1867. Hasta esa fecha, la región denominada Países Bajos (compuesta por los modernos estados de Bélgica, Luxemburgo, Holanda y una parte del norte de Francia) sufrió numerosas particiones políticas.

En el IV milenio a.C., las primeras tribus pre-célticas (indo-europeas) inmigraron desde el suroeste de la actual Alemania a la región de los Países Bajos. En el II milenio a.C., estas tribus alcanzaron un desarrollo socio cultural cuyo dinamismo se expresó en un arte donde triunfaban las curvas y los entrelazados. Los celtas fueron sometidos por las tribus germanas de los frisones y los bátavos en el siglo III a. C.

El Imperio Romano nunca logró ocupar la zona de los frisones, quienes hasta el siglo VIII se mantuvieron independientes al norte del río Rhin. En consecuencia, los romanos se establecieron en el delta de ese río, donde fundaron la provincia de Galia Bélgica en 54 a.C. Allí destinaron las tierras al cultivo en torno a villas, mientras que los frisones continuaron con la cría de ganado y la pesca. En el siglo III a.C., la producción resultó trastocada por una crecida del mar.

En el siglo I, los bátavos se alzaron contra los romanos, pero el desplazamiento de éstos sólo se concretó en el siglo IV con las invasiones de los sajones (germanos), que llegaron del este de Alemania, y de los francos (germanos), que vinieron desde el norte. La región de los Países Bajos, al sur del río Rhin, resultó dividida por la mitad, entre una jurisdicción romana de habla romance, al sur, y otra germánica, al norte.

Los francos, que terminaron de apoderarse de la Galia romana en el siglo V, expandieron el dominio del Imperio de Occidente, en alianza con la Iglesia Católica. En ese marco, en 695, la dinastía franca de los carolingios implantó el obispado de la ciudad de Utrecht, en avance sobre la zona frisona, cuya totalidad alcanzó a controlar a fines del siglo siguiente. Carlomagno se coronó emperador.

En el año 911, la parte norte de Francia fue cedida a los vikingos de Escandinava. Los normandos, como pasaron a ser llamados, fundaron el ducado de Normandía y conquistaron otras regiones, entre ellas los Países Bajos. Como resultado, se dividió la soberanía territorial en distintos feudos. A través de su expansión, los normandos inauguraron vías de intercambio comercial y cultural con Oriente.

Entre los siglos X y XIII, tuvo lugar una proliferación de las industrias artesanales textiles en varias localidades, en concomitancia con el crecimiento demográfico. Desde el siglo XI, los frisones desarrollaron un sistema de drenaje para bajar el nivel del mar, que permitió asentar las tierras en vastas extensiones. Los monjes de Cister y Premonstraten fueron muy activos en la construcción de diques destinados a ganar terreno al mar.

En 1302, la región de Flandes logró independizarse de Francia. De manera progresiva, las ciudades productivas (Utrecht, La Haya, Amsterdam, Gand, etc.), ampliaron y perfeccionaron sus economías, desarrollando, entre otros, un sistema bancario, además de conquistar autonomía política.

En la segunda mitad del siglo XIV, los duques de Burgundy (del ducado de Borgoña) se aliaron a los flamencos (naturales de la zona de Flandes). La prosperidad de esta alianza, que duró hasta 1477, quedó de manifiesto en el campo de las artes, con el estímulo a la producción pictórica de Jan Van Eyck (1395-1441), Rogier van der Weyden (1400-64), Hugo van der Goes (1440-82), etc., a la escultura y a la arquitectura gótica flamenca. En el curso de este período, el ducado de Borgoña fue ganando autoridad hasta dominar la totalidad del territorio de los Países Bajos.

Luego de la muerte de Carlos el Temerario, en 1477, su hija, María de Borgoña, contrajo matrimonio con Maximiliano de Austria y los Países Bajos cayeron bajo el control de la Dinastía de los Habsburgo, que expandió su hegemonía a través del Santo Imperio Romano Germánico (962-1806).

En 1517, Carlos V (nacido en Gand, en 1500), hijo del archiduque de Austria, accedió al trono de España. Tras la muerte del monarca, en 1556, los Países Bajos –donde el movimiento de la Reforma Protestante se arraigó en el norte (Holanda)– iniciaron una lucha político religiosa que lideró el duque de Orange (alemán). En 1579, las provincias del norte (calvinistas) proclamaron la Unión de Utrecht y adoptaron el nombre de Provincias Unidas, mientras que las del sur (católicas) se sometieron a España.

A partir de esa fecha, las Provincias Unidas se enfrascaron en una larga guerra con España, cuyas batallas tenían lugar, fundamentalmente, en las rutas marítimas de Indias, donde ambas potencias coloniales (al igual que Inglaterra y Francia) se enfrentaban en la puja por la primacía comercial.

En 1602, contando con importantes astilleros en las costas del mar del Norte y con fuertes inversionistas, Holanda creó la Compañía de Indias Orientales, con bases en Ceilán, India e Indonesia. En 1621, las Provincias Unidas fundaron la Compañía de Indias Occidentales, cuyos mayores beneficios provinieron del tráfico de esclavos –mercado dominado por Holanda– y del contrabando con las colonias españolas.

En 1648, los holandeses tenían tres grandes asentamientos en América: uno en el norte del continente para el comercio de pieles, otro en Brasil y otro en Suriname, para el tráfico de esclavos y el contrabando con los españoles. De estos asentamientos, en 1700 quedaban los puestos comerciales de Curaçao, San Eustaquio (St. Eustatius) y San Martín (St. Maarten), y las plantaciones en la Guayana holandesa y Elmina, como puerto de esclavos.

Durante la Tregua de los Doce Años con España (1609-21) se agudizaron las controversias dentro de la Unión. La colaboración en la guerra entre la provincia de Holanda y la Casa de Orange (alemana) se tornó en rivalidad. En 1618, Mauricio de Orange hizo ejecutar al líder del partido principal de Holanda. Al final de la Tregua, la reanudación de la guerra con España obligó a ambos rivales a unirse nuevamente hasta el Tratado de Münster, de 1648, por el que España reconoció la independencia de las Provincias Unidas.

En el curso del siglo XVII, el filósofo francés Descartes, escapando de la escolástica, encontró en Holanda las condiciones para publicar, en 1637, el Discurso del método.

La guerra con Inglaterra (1652-4 y 1665-7) terminó con el poderío naval holandés y parte de los capitales fueron usados para comprar bonos de gobiernos extranjeros. La banca de Amsterdam era entonces una de las más poderosas de Europa.

En la Guerra de Sucesión de España (1701-14) los holandeses se aliaron con los británicos, contra los franceses. En la última parte del siglo continuaron las guerras entre Holanda, Francia, España e Inglaterra.

Tras la Revolución Francesa (1789), entre 1794 y 1806, los franceses instauraron en Holanda un protectorado, en el que se aplicó un sistema republicano de gobierno. Las Provincias Unicas se convirtieron en la República Bataviana. Las nuevas libertades políticas y económicas fueron aclamadas por distintos sectores de la sociedad holandesa, como el movimiento anti-orangista de los Patriotas que, bajo el impacto de la primera Revolución Industrial, rechazaba la monarquía.

Entre 1806 y 1814, bajo el Imperio de Napoleón Bonaparte, la flamante República Bataviana, presa de pujas políticas, se desestructuró. En 1814, el príncipe Guillermo I de Orange fue llamado a restaurar la monarquía y al año siguiente, obtuvo la soberanía sobre el conjunto de los Países Bajos. En 1830, Bélgica se escindió de Holanda (y al año siguiente, anexó la zona oeste de Luxemburgo) mediante una revolución, mientras que el Gran Ducado de Luxemburgo obtuvo su autonomía en 1867.

En el transcurso del siglo XIX, los holandeses avanzaron en la conquista de derechos civiles. La Constitución de 1848 (similar a la inglesa) se convirtió en la base de la actual democracia holandesa. Su normativa impidió el ejercicio de un gobierno autocrático por parte del monarca, y los miembros de la primera cámara del parlamento –anteriormente designados por el rey– pasaron a ser electos por asambleas provinciales. Asimismo, la Constitución supeditó el derecho al voto, de los miembros de la Asamblea y de la segunda cámara del Parlamento, al pago de un impuesto.

Tras décadas de debate sobre la escuela, protestantes y católicos se aliaron contra los liberales y en 1888 obtuvieron la apertura de escuelas privadas. Surgieron nuevos partidos en torno a ideas religiosas y al internacionalismo proletario. A los partidos Protestante y Católico se agregaron el Conservador Protestante, el Socialista y el Comunista. Por el carácter minoritario de cada partido las coaliciones se hicieron frecuentes.

En la Primera Guerra Mundial (1914-18), Holanda se declaró neutral y los partidos acordaron una tregua para dedicarse a desarrollar la economía interna y el comercio exterior. En consecuencia, la marina mercante experimentó una recuperación y la industria creció en el área de los textiles, la electricidad y la química.

En la primera posguerra, Holanda integró la Sociedad de Naciones, pero reafirmó la neutralidad, cuyo símbolo fue la sede de la Corte Internacional de Justicia establecida en La Haya. Durante las negociaciones de Versalles, Bélgica reavivó sin éxito un antiguo reclamo territorial contra Holanda.

En la Segunda Guerra Mundial (1939-45), Alemania ocupó Holanda (y desde allí atacó Francia). La Reina Guillermina formó un gobierno en Londres y todos los sectores políticos participaron en la resistencia anti-nazi.

En 1945, el gobierno holandés firmó un acuerdo con empresarios y sindicatos para controlar precios y salarios. Este acuerdo, que regiría durante 20 años, aceleró el crecimiento del parque industrial de Holanda, en especial en la siderúrgica, la electrónica y la petroquímica. En los años siguientes, se consolidaron compañías holandesas transnacionales, como Royal Dutch Shell (petroquímica), Unilever (líder mundial en alimentos y productos de limpieza), Philips (artículos electrónicos), AKZO (química), Heineken (cervecera), ABN AMRO (banca), e ING (banca y aseguradora).

En los años de la segunda posguerra, con un gobierno de alianza entre laboristas (ex socialistas y católicos), Holanda se integró a la OTAN, a la ONU, a la CEE y formó la alianza económica Benelux, junto a Bélgica y Luxemburgo. Asimismo, comenzó a ceder la independencia a colonias, entre las que se cuentan Indonesia (1949), Nueva Guinea (1963) y Suriname (1975).

La década de 1960 estuvo marcada por numerosas luchas reivindicativas por parte de movimientos feministas y de minorías sexuales. Asimismo, se desarrollaron debates públicos sobre el consumo de drogas. A partir de ese período, estos distintos grupos de presión lograron modificaciones sustantivas en la legislación y en el sistema estatal de cobertura médica. En el correr de los años siguientes se legalizó el aborto, la prostitución, el consumo de marihuana, hashish y heroína, y se implementaron planes de divulgación, educación y asistencia médica, que incluyeron la distribución callejera de preservativos, jeringas y metadona.

En la década de 1970, el electorado holandés se inclinó hacia gobiernos de centro-izquierda, que reformaron el régimen fiscal y ampliaron la inversión en políticas sociales. Sin embargo, el porcentaje destinado a la defensa y la instalación de misiles atómicos de la OTAN generaron importantes controversias.

Holanda, uno de los países que destina mayor porcentaje de su PNB a la asistencia al Tercer Mundo, ha mantenido también una política de defensa de los Derechos Humanos, denunciando, entre otras violaciones, el apartheid de Sudáfrica. Entretanto, sus lazos con Israel lo distanciaron de algunos países árabes.

En 1980, tras un escándalo de malversación de fondos que involucró a su marido, la Reina Juliana abdicó en favor de su hija Beatriz. En 1985, el gobierno decidió autorizar la instalación de misiles, pese a la desaprobación de la sociedad holandesa, cuyas protestas no cesaron hasta el final de la Guerra Fría, en 1991.

En 1991, al ocupar la presidencia de la CEE, Holanda exhortó a los jefes de Estado y de gobierno reunidos en Maastricht, a condenar toda forma de racismo y a adoptar una legislación que prohibiera actos de xenofobia en el continente europeo. Sin embargo, en setiembre de 1993, el gobierno aprobó leyes restrictivas del ingreso de extranjeros extracomunitarios.

En 1992, la Oficina Central de Estadísticas creó el índice denominado Producto Bruto Nacional Verde, con el fin de medir la pérdida de los recursos naturales, de acuerdo con su capacidad de regeneración y sus impactos sobre las comunidades locales.

El 22 de agosto de 1994, Wim Kok, del Partido Laborista, ocupó el cargo de primer ministro, en coalición con otros dos partidos. Las elecciones locales, efectuadas tres meses antes, habían marcado un fuerte crecimiento en la adhesión popular a propuestas xenófobas. Kok sería reelecto en 1998.

En abril de 2001 se celebraron en Holanda los primeros casamientos entre personas gay de la historia, y estas sociedades matrimoniales fueron habilitadas para adoptar niños. En enero del año siguiente Holanda se convirtió en el primer país del mundo en legalizar la eutanasia (ya en 1993 se había establecido una regulación parcial, con condiciones). La ley habilitaba a poner fin a la vida de un paciente bajo criterios estrictos: éste debe sufrir un dolor intolerable y constante y debe haber solicitado en repetidas ocasiones que se lo deje morir. Asimismo, el facultativo debe pedir una segunda opinión médica. Por último, se debe provocar el fin de la vida en la forma médica apropiada.

El 16 de abril de 2002, el gobierno renunció en pleno, al admitir su responsabilidad en la masacre de 1995 en Srebrenica, Bosnia. El informe oficial, de 7.600 páginas, estableció que los cascos azules holandeses de esa región, bajo las órdenes de Naciones Unidas, no hicieron nada por impedir la matanza de 7 mil bosnios musulmanes a manos de los serbios bosnios. Las víctimas fueron «evacuadas» de la zona de seguridad de Naciones Unidas por las tropas holandesas, dejándolas indefensas y permitiendo su posterior asesinato. El informe acusaba también a la ONU de no suministrar a los cascos azules un mandato claro y las armas necesarias para defender la zona. Los soldados holandeses tenían restringido el uso de la fuerza y de las armas a casos de defensa propia. La renuncia del gobierno se produjo semanas antes de las elecciones parlamentarias, fijadas para el 15 de mayo.

A principios de mayo de 2002, el líder de ultraderecha Pim Fortuyn, quien contaba con alta intención de voto en las encuestas, fue asesinado en la ciudad de Hilversum. Fortuyn había declarado poco antes que Holanda debía cerrar las fronteras a la inmigración y que el Islam era una religión retrógrada. Dentro de sus propuestas pre-electorales estaba también el despido del 25% de los empleados del Estado. El asesino de Fortuyn, quien fue condenado a prisión, declaró que su víctima constituía una amenaza para la democracia.

En los comicios generales de enero de 2003 el Partido Demócrata Cristiano obtuvo la mayoría de votos, mientras que el Partido Popular por la Libertad y la Democracia y el Partido Demócratas'66 (conservador) ocuparon el segundo y el tercer puesto, respectivamente. Los tres partidos accedieron a conformar un gobierno de coalición y a mantener como premier al demócrata cristiano Jan Peter Balkenende, quien se puso como objetivo atacar el déficit fiscal y el desempleo mediante recortes en los gastos del Estado.

En abril de 2004, más de 100 pinturas saqueadas primero por los nazis –quienes las sumaron a la colección privada de Hitler– y luego en 1947 robadas por el Ejército rojo, que las trasladó a la ex Unión Soviética, fueron oficialmente devueltas a Holanda por el presidente ucraniano Leonid Kuchma. Las pinturas habían estado guardadas en Kiev por más de 50 años.

Más de 200 mil personas provenientes de todo el país protestaron en Amsterdam, en octubre de ese año, contra un plan de austeridad que incluía el recorte del gasto público y reformas en el sistema de bienestar social. Fue la mayor demostración popular en más de dos décadas.

En noviembre de 2004, el asesinato del cineasta Theo van Gogh a manos de un islamista radical sacudió a la opinión pública. Ocurrió dos meses después de que su filme «Sumisión», sobre el abuso que padecen las mujeres musulmanas, fuera exhibido en la televisión nacional.

Por referéndum, más del 60% de los holandeses rechazó, en junio de 2005, la Constitución Europea. La votación, que contó con una participación de más del 60% de los habilitados, tuvo lugar tres días después de que en Francia la población votara contra la Carta Magna continental.

Tras seis meses de discusiones, y presiones de la OTAN, Naciones Unidas y Estados Unidos, el Parlamento aprobó en febrero de 2006 el envío de un contingente extra 1.400 soldados a Afganistán para realizar tareas de paz. El tema dividía a la opinión pública del país y muchos legisladores exigieron garantías de que las tropas holandesas no estarían bajo el mando de fuerzas estadounidenses.

Desde que comenzó a llevarse registros de las temperaturas en el país, a comienzos del siglo XVIII, julio de 2006 fue el más caluroso de la historia, con temperaturas de hasta 38 grados centígrados. A mediados de agosto, cuando todavía no había terminado el verano en el hemisferio norte, se habían registrado más de 500 muertes en el país, lo que superaba considerablemente los registros anteriores.

Casi un tercio de las mezquitas de Holanda carecía de imán, en enero de 2007; los clérigos habían decidido ir a España o Francia a raíz a la discriminación de la que eran objeto luego de los ataques terroristas en Estados Unidos y Europa. En su mayoría moderados, estos imanes estaban siendo reemplazados por otros más radicales. Las principales figuras de la comunidad islámica holandesa –un 6% de la población– exigía acciones enérgicas del gobierno que remediaran la situación.